Todos los casos presentados como videos quirúrgicos en este sitio han sido intervenidos por nuestro equipo médico, ya sea de manera independiente o en colaboración con otras especialidades, como ORL en el caso de abordajes endonasales. Para obtener más detalles sobre estos procedimientos, le invitamos a explorar nuestras redes sociales, donde encontrará información adicional y detallada.
TUMORES DE HIPÓFISIS Y REGIÓN SELAR.
La hipófisis o pituitaria es una pequeña glándula del tamaño de una arveja unida a la base del cerebro. Se encuentra detrás de la nariz y el seno esfenoidal (espacio de aire detrás de la cara), justo debajo de otra estructura importante y relacionada llamada hipotálamo.
Una glándula es un órgano que produce y libera sustancias especiales, como hormonas, que actúan sobre otros órganos y tejidos para que funcionen. La pituitaria se llama la “glándula maestra” porque sus hormonas regulan el equilibrio de las hormonas producidas por la mayoría de las otras glándulas del cuerpo. De esta manera, la pituitaria controla muchos procesos, como el crecimiento, el desarrollo y la reproducción. También controla la función de ciertos órganos, como los riñones, los senos y el útero.
Un adenoma pituitario es un tumor en la pituitaria. La mayoría de los adenomas hipofisarios son benignos y de crecimiento lento, lo que significa que no son cáncer y no se diseminan a otras partes del cuerpo. Sin embargo, a medida que crecen, pueden ejercer presión sobre las estructuras cercanas, como los nervios que conectan los ojos con el cerebro, y causar síntomas visuales o puede aplastar las células hipofisarias normales y evitar que funcionen correctamente.
Muchos adenomas causan síntomas al liberar hormonas adicionales en el torrente sanguíneo, pero no todos los adenomas producen hormonas. Los adenomas hipofisarios se etiquetan según su tamaño. Los tumores menores de 1 cm se denominan microadenomas. Los tumores mayores de 1 cm se denominan macroadenomas.
¿Qué tan comunes son los adenomas hipofisarios?
Los adenomas hipofisarios constituyen del 10% al 15% de todos los tumores que se desarrollan dentro del cráneo. Se encuentran en alrededor de 77 de cada 100 000 personas, aunque se cree que en realidad ocurren en hasta el 20 % de las personas en algún momento de sus vidas. Sin embargo, muchos adenomas hipofisarios, especialmente los microadenomas (Menores a 1 cm), no causan síntomas graves y nunca se detectan. Los adenomas pituitarios pueden ocurrir a cualquier edad, pero son más comunes en personas de entre 30 y 40 años. Rara vez se encuentran en personas menores de 20 años. Las mujeres desarrollan adenomas con más frecuencia que los hombres.
- Los síntomas de los adenomas hipofisarios varían según el tipo de hormona liberada por el tumor o su compresión sobre las estructuras cercanas. Tener demasiadas hormonas puede provocar ciertos trastornos o síndromes, que incluyen:
- Gigantismo en niños y acromegalia en adultos por demasiada hormona de crecimiento (GH) Enfermedad de Cushing por demasiada hormona adrenocorticotrópica (ACTH), que activa las glándulas suprarrenales para producir hormonas esteroides Hipertiroidismo por demasiada hormona estimulante de la tiroides (TSH)
- Algunos síntomas generales de los adenomas pituitarios incluyen:
- Dolores de cabeza
- Problemas de visión (visión doble, pérdida de visión)
- Náuseas o vómitos
- Cambios en el comportamiento, incluyendo hostilidad, depresión y ansiedad.
- Cambios en el sentido del olfato
- Drenaje nasal
- Disfunción sexual
- Esterilidad
- Fatiga (cansancio extremo)
- Aumento o pérdida de peso inexplicable
- Dolor en las articulaciones o debilidad muscular
- Menopausia temprana
- Cambios en sus períodos mensuales (mujeres)
¿Cómo se diagnostican los adenomas hipofisarios?
¿Cómo se tratan los adenomas hipofisarios?
Cirugía: La cirugía está indicada en casos de lesiones grandes no funcionantes o en tumores funcionantes en donde la farmacología no puede normalizar las secreciones hormonales.
RMN pre y postoperatoria de macroadenoma hipofisario mostrando resección tumoral completa por vía endoscópica endonasal
¿Cuál es el pronóstico para las personas con adenomas pituitarios?
Tumores Cerebrales
¿Qué es un tumor cerebral?
- Un tumor cerebral es un crecimiento anormal o una masa de células en o alrededor del cerebro. También se le llama tumor del sistema nervioso central.
- Los tumores cerebrales pueden ser malignos (cancerosos) o benignos (no cancerosos). Algunos tumores crecen rápidamente; otros son de crecimiento lento.
- Solo alrededor de un tercio de los tumores cerebrales son cancerosos. Pero sean cancerosos o no, los tumores cerebrales pueden afectar la función cerebral si crecen lo suficiente como para presionar los nervios, vasos sanguíneos y tejidos circundantes.
- Los tumores que se desarrollan en el cerebro se denominan tumores primarios. Los tumores que se diseminan al cerebro después de formarse en una parte diferente del cuerpo se denominan tumores secundarios o metastásicos.
¿Quién se ve afectado por los tumores cerebrales?
¿Cuáles son los tipos de tumores cerebrales?
- Los médicos clasifican los tumores del cerebro y del sistema nervioso central según el lugar donde se forman y el tipo de células que involucran. Pueden ser primarios (con origen en el SNC) o secundarios a un cáncer en otro sitio
- Los tumores cerebrales primarios benignos o de bajo grado de malignidad incluyen:
- Neurinoma acústico: estos tumores ocurren en el nervio vestibular (el nervio que va desde el oído interno hasta el cerebro). Los neurinomas acústicos también se denominan schwannomas vestibulares.
- Gangliocitoma: estos tumores del sistema nervioso central se forman en las neuronas (células nerviosas).
- Meningioma: estos son el tipo más común de tumores cerebrales primarios. Los meningiomas se desarrollan lentamente. Se forman en las meninges, las capas de tejido que protegen el cerebro y la médula espinal. En casos raros, un meningioma puede ser maligno.
Meningioma temporal (Grado1): RMN pre y postoperatoria mostrando resección completa
Meningioma parasagital atipico (Grado 2): RMN pre y postoperatoria
- Pineocitoma: estos tumores de crecimiento lento se forman en la glándula pineal, que se encuentra en lo profundo del cerebro y secreta la hormona melatonina.
- Adenoma pituitario: estos tumores se forman en la glándula pituitaria, que se encuentra en la base del cerebro. La glándula pituitaria produce y controla las hormonas en el cuerpo.
- Craneofaringioma: Tumores benignos originados en el área hipotálamo- hipofisaria. A medida que crece puede afectar estructuras vecinas afectando la función de la hipófisis, visión, etc.
RMN pre y postoperatoria de craneofaringioma supraselar mostrando resección completa por via endoscópica endonasal
- Glioma: estos tumores se desarrollan en las células gliales, que rodean a las células nerviosas. Dos tercios de los tumores cerebrales primarios cancerosos son gliomas. Los tipos de gliomas incluyen:
- Astrocitoma: Los astrocitomas se forman en células gliales llamadas astrocitos.
- Glioblastoma: Son astrocitomas sumamente agresivos que crecen rápidamente.
- Oligodendroglioma: estos tumores poco comunes comienzan en las células que crean mielina (una capa de aislamiento alrededor de los nervios en el cerebro).
Glioblastoma multiforme: RMN preoperatoria y fotografías intraoperatorias mostrando resección macroscópica del tumor guiada por neuronavegador con preservación del tejido cerebral sano.
- Meduloblastoma: los meduloblastomas son tumores de crecimiento rápido que se forman en el cerebelo Estos son los tumores cerebrales cancerosos más comunes en los niños.
- Cordoma: estos tumores de crecimiento lento generalmente comienzan en la base del cráneo y la parte inferior de la columna vertebral. Pueden tener un comportamiento agresivo con recidivas locales frecuentes luego de su resección. En raras ocasiones pueden dar metástasis a distancia.
- Los tumores cerebrales secundarios se manifiestan con mayor frecuencia en personas que tienen antecedentes de cáncer. Sin embargo, en casos poco frecuentes, un tumor cerebral metastásico puede ser el primer signo de un cáncer que se inició en otra parte del cuerpo. En los adultos, los tumores cerebrales secundarios son mucho más frecuentes que los primarios. Cualquier tipo de cáncer se puede diseminar al cerebro, pero los tipos frecuentes son los siguientes: Cáncer de mama, colon, riñón, pulmón, melanoma.
- Síntomas y Causas
- Diagnóstico y pruebas
- Tratamiento
- ¿Se puede prevenir los tumores?
- Pronósticos
- Viviendo con un tumor cerebral
¿Cuáles son los síntomas de un tumor cerebral?
- Algunas personas con un tumor cerebral o del sistema nervioso central no presentan síntomas. En algunos casos, los médicos descubren un tumor durante el tratamiento de otro problema.
- A medida que un tumor cerebral crece y presiona los nervios o vasos sanguíneos circundantes, puede causar síntomas. Los signos y síntomas de un tumor cerebral varían según la ubicación y el tipo del tumor, el tamaño y lo que controla la parte afectada del cerebro. Pueden incluir:
- Dolores de cabeza continuos o severos; o que ocurren en la mañana o desaparecen después de vomitar.
- Cambios de comportamiento o personalidad.
- Confusión.
- Dificultad con el equilibrio o la coordinación.
- Problemas para concentrarse.
- Náuseas y vómitos.
- Entumecimiento, debilidad u hormigueo en una parte o un lado del cuerpo o la cara.
- Problemas con la audición, la visión o el habla.
- Problemas con la audición, la visión o el habla.
- Convulsiones.
- Somnolencia inusual.
- Problemas con la memoria, el pensamiento, el habla o la comprensión del lenguaje.
¿Cómo se diagnostica un tumor cerebral?
- Los médicos usan varias pruebas para confirmar la presencia de un tumor cerebral. Estas pruebas incluyen:
- Examen físico e historial médico: Su médico realizará un examen neurológico y de salud general, en busca de otras enfermedades y también le hará preguntas sobre condiciones de salud pasadas y actuales, cirugías, tratamientos médicos y antecedentes familiares de enfermedades.
- Ante la sospecha de un tumor cerebral, el siguiente paso suele ser una exploración cerebral, generalmente una resonancia magnética con contraste.
- También se examinaran otras partes de su cuerpo, como los pulmones, el colon o las mamas, para ver si el tumor es primario o secundario (metastásico) o se ha diseminado.
- Biopsia: Un neurocirujano puede realizar una biopsia durante la cirugía, en la que extirpa todo o parte del tumor. Si el tumor es difícil de alcanzar, es posible que realicen una biopsia estereotáctica con marco o por neuronavegador. Consiste en crear un pequeño orificio en el cráneo y usar una aguja guiada para tomar una muestra de tejido del tumor. Un laboratorio estudia la muestra para identificar los detalles del tumor.
¿Cómo se tratan los tumores cerebrales?
- El tratamiento de un tumor cerebral depende de varios factores, entre ellos:
- La ubicación, el tamaño y el tipo del tumor.
- El número de tumores.
- Su edad.
- Su salud en general.
- Los tumores cerebrales benignos (no cancerosos) muchas veces se pueden extirpar con éxito mediante cirugía y, por lo general, no vuelven a crecer.
- A menudo se usa una combinación de terapias para tratar un tumor. Sus opciones de tratamiento pueden incluir:
- Cirugía cerebral (craneotomía): Cuando es posible, los neurocirujanos extirpan el tumor mediante técnicas microquirúrgicas. El objetivo ideal de la cirugía es lograr una completa o máxima resección tumoral preservando la función neurológica. Trabajan con mucho cuidado, a veces realizando cirugía bajo monitoreo neurofisiológico para minimizar el daño a las áreas funcionales de su cerebro.
- Radioterapia: altas dosis de rayos X destruyen las células del tumor cerebral o reducen el tamaño del tumor en este tipo de tratamiento.
- Radiocirugía: este es un tipo de radioterapia que utiliza haces de radiación muy concentrados (rayos gamma o haces de protones) para destruir un tumor. En realidad, no es una cirugía porque no requiere una incisión (corte).
- Braquiterapia: Esta es una forma de radioterapia. Implica colocar quirúrgicamente semillas radiactivas, cápsulas u otros implantes directamente en o cerca del tumor canceroso.
- Quimioterapia: esta terapia consiste en medicamentos contra el cáncer que destruyen las células cancerosas en el cerebro y en todo el cuerpo. Puede recibir quimioterapia a través de una inyección en una vena o tomarla en forma de píldora. Puede recomendarse quimioterapia después de la cirugía para destruir cualquier célula cancerosa que haya quedado o para evitar que crezcan las células tumorales restantes.
- Inmunoterapia: La inmunoterapia, también llamada terapia biológica, es un tipo de tratamiento que usa el sistema inmunitario de su cuerpo para combatir el cáncer. La terapia consiste principalmente en estimular su sistema inmunológico para ayudarlo a hacer su trabajo de manera más efectiva.
- Terapia dirigida: con este tratamiento, los medicamentos se dirigen a características específicas de las células cancerosas sin dañar las células sanas.
- Espera atenta/vigilancia activa: si tiene un tumor cerebral que es muy pequeño y no causa síntomas, puede recomendarse monitorear de cerca el tumor para detectar signos de crecimiento con pruebas periódicas.
- Otros tratamientos que ayudan con los síntomas causados por los tumores cerebrales incluyen:
- Derivaciones: si el tumor hace que aumente la presión dentro de su cráneo, es posible que deba colocarse quirúrgicamente una derivación (un tubo delgado) en el cerebro para drenar el exceso de líquido cefalorraquídeo.
- Medicamentos como manitol y corticosteroides: estos medicamentos pueden ayudar a reducir la presión dentro del cráneo. Reducen la inflamación alrededor del tumor.
- Cuidados paliativos: esta es una forma especializada de atención que brinda alivio de los síntomas, comodidad y apoyo a las personas que viven con enfermedades graves. También brinda apoyo a los cuidadores y a las personas afectadas por la condición de un ser querido.
¿Se pueden prevenir los tumores cerebrales?
- Desafortunadamente, no se puede prevenir un tumor cerebral. Puede reducir el riesgo de desarrollar un tumor cerebral si evita los peligros ambientales, como fumar y la exposición excesiva a la radiación.
- Si tiene un familiar biológico de primer grado (hermano o padre) al que se le ha diagnosticado un tumor cerebral, es importante que se lo informe a su médico. Es posible que le recomienden asesoramiento genético para ver si tiene un síndrome genético hereditario asociado con tumores cerebrales.
¿Cuál es el pronóstico de los tumores cerebrales?
- El pronóstico para las personas con tumores cerebrales varía mucho. Los factores que afectan el pronóstico incluyen:
- El tipo, grado y ubicación del tumor.
- Si se ha extirpado quirúrgicamente todo el tumor.
- Su edad y salud en general.
- Las tasas de supervivencia varían ampliamente y dependen de varios factores.
- Si le han diagnosticado un tumor cerebral, deberá ver a su equipo de atención médica regularmente para recibir tratamiento y controlar sus síntomas.
- Debe ver a su médico si los síntomas de su tumor cerebral empeoran o si tiene síntomas nuevos.
- Incluso después del tratamiento del tumor cerebral, debe hacer un seguimiento regular con su médico.
- Saber que tiene un tumor en el cerebro puede ser estresante. Sin embargo, no todos los tumores cerebrales son cancerosos; de hecho, alrededor de dos tercios de ellos son benignos. Sin embargo, todavía pueden causar problemas para su cerebro. Sepa que su equipo de atención desarrollará un plan de tratamiento individualizado y completo para ayudar a tratar el tumor y mejorar su calidad de vida.
Columna Vertebral
¿Cuáles son las partes de la columna vertebral?
Hernia de disco
¿Qué síntomas produce?
- Esta patología puede manifestarse con diferentes síntomas como:
- Dolor en la espalda, en región cervical o lumbar;
- Dolor irradiado, por irritación de la raíz nerviosa, que puede manifestarse en el brazo (en el caso de la hernia cervical) o en la pierna (en el caso de la hernia lumbar)
- Si la hernia o protrusión es más grande, a veces puede producirse mayor compresión de la raíz nerviosa, pudiendo aparecer hormigueos, alteración o pérdida de sensibilidad, o disminución de la fuerza muscular.
¿Qué tratamiento tiene?
- No todos los casos necesitan cirugía.
- Cuando es necesario el tratamiento incluye:
- Medicamentos, como corticoides inyectables y analgésicos por vía oral -fisioterapia
- En casos refractarios al tratamiento inicial se puede optar por infiltraciones bajo tomografía (Bloqueos radiculares o peridurales) que pueden aliviar los síntomas con distinta duración en base a cada caso en particular
- Una cantidad muy pequeña de personas con hernia de disco necesita una cirugía, si los tratamientos conservadores no logran mejorar los síntomas, especialmente si se presenta entumecimiento o debilidad, dificultad para ponerse de pie o para caminar, pérdida del control de la vejiga o de los intestinos.
- En muchos casos, los cirujanos extraen solo la parte saliente del disco para descomprimir la raíz nerviosa afectada. Se podrá optar por distintas técnicas mínimamente invasivas (MISS).
- En raras ocasiones, se debe extraer todo el disco. En estos casos, es posible que las vértebras tengan que fusionarse con elementos metálicos para brindar estabilidad a la columna.
¿Dónde se produce la estenosis espinal?
- La estenosis espinal puede ocurrir en cualquier parte de la columna, pero ocurre con mayor frecuencia en dos áreas:
- Parte inferior de la espalda (estenosis del canal lumbar).
- Cuello (estenosis espinal cervical).
- Dolor en la espalda baja.
- Ciática. Este es un dolor que comienza en las nalgas y se extiende por la pierna y puede continuar hasta el pie. El dolor a veces se describe como dolor sordo, sensación eléctrica o de ardor.
- Sensación de pesadez en las piernas, que puede provocar calambres en una o ambas piernas.
- Entumecimiento u hormigueo (“alfileres y agujas”) en las nalgas, piernas o pies.
- Debilidad en la pierna o el pie (a medida que empeora la estenosis).
- Dolor que empeora al estar de pie por largos períodos de tiempo o caminar.
- Dolor que disminuye al inclinarse hacia adelante o sentarse.
- Pérdida del control de la vejiga o del intestino (en casos graves).
- Dolor de cuello.
- Entumecimiento u hormigueo en el brazo, la mano, la pierna o el pie. (Los síntomas se pueden sentir en cualquier lugar debajo del punto de compresión del tejido nervioso).
- Debilidad o torpeza en el brazo, mano, pierna o pie.
- Problemas con el equilibrio.
- Pérdida de funciones en las manos, como tener problemas para escribir o abotonarse las camisas.
- Pérdida del control de la vejiga o del intestino (en casos graves).
¿Cómo se diagnostica la estenosis espinal?
- Se le realizarán pruebas de imagen para examinar su columna vertebral y determinar la ubicación exacta, el tipo y el alcance del problema. Los estudios de imagen pueden incluir:
- Radiografías: las radiografías pueden mostrar cambios en la estructura ósea, como pérdida de altura del disco y desarrollo de espolones óseos que están estrechando el espacio en la columna vertebral.
- MRI: Las imágenes de resonancia magnética proporcionan imágenes detalladas de los nervios, los discos y la médula espinal.
¿Cuáles son los tratamientos para la estenosis espinal?
- La elección de los tratamientos para la estenosis depende de la causa de los síntomas, la ubicación del problema y la gravedad de los síntomas.
- En ciertos casos si sus síntomas son leves su médico puede recomendarle primero algunas medidas para el cuidado personal. Si estas no funcionan y los síntomas empeoran, se puede recomendar fisioterapia, medicamentos y, finalmente, cirugía.
- Los tratamientos no quirúrgicos incluyen:
- Medicamentos orales: Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno, el naproxeno, diclofenac o el paracetamol pueden ayudar a aliviar la inflamación y el dolor de la estenosis espinal. Su médico también puede recomendarle otros medicamentos recetados con propiedades analgésicas, como el medicamento anticonvulsivo gabapentin, pregabalina o antidepresivos tricíclicos como la amitriptilina.
- Fisioterapia: Los fisioterapeutas trabajarán con usted para desarrollar un programa de ejercicios saludable para la espalda que lo ayude a ganar fuerza y mejorar el equilibrio, la flexibilidad y la estabilidad de la columna. Fortalecer la espalda y los músculos abdominales hará que su columna sea más resistente. Los fisioterapeutas pueden enseñarle cómo caminar de una manera que abra el canal espinal, lo que puede ayudar a aliviar la presión sobre los nervios.
- Inyecciones de esteroides o bloqueos: Inyectar corticosteroides cerca del espacio de la columna vertebral donde las raíces nerviosas se pellizcan o donde las áreas desgastadas del hueso se frotan entre sí puede ayudar a reducir la inflamación, el dolor y la irritación. Las infiltraciones son procedimientos muy utilizados para tratamiento del dolor y pueden en muchos casos evitar la cirugía. Sin embargo, por lo general solo se administra una cantidad limitada de inyecciones (por lo general, tres o cuatro inyecciones por año). Pueden ser realizados bajo tomografía o radiología.
¿Cuándo se considera la cirugía de estenosis espinal?
- Debido a la complejidad de la estenosis espinal y la naturaleza delicada de la columna, generalmente se considera la cirugía cuando todas las demás opciones de tratamiento han fallado. Afortunadamente, la mayoría de las personas que tienen estenosis espinal no necesitan cirugía.
- En pacientes que ya hicieron tratamientos médicos e infiltraciones y continúan con sintomatología como dolor, debilidad muscular o alteración de los esfínteres (Síndrome de cauda equina) se puede optar por la cirugía. Está incluye distintas opciones que deben ser evaluadas en cada caso en particular.
- Dependiendo del caso se podrá optar por distintas técnicas mínimamente invasivas con o sin fusión (MISS) o bien técnicas convencionales. Las nuevas técnicas de cirugía espinal mínimamente invasiva (MISS) varían desde procedimientos percutáneos, endoscópicos o mediante sistemas tubulares.
Fracturas y lesiones de la columna vertebral: Las vértebras rotas o dislocadas y la inflamación por daños que ocurren cerca de la columna pueden estrechar el espacio del canal y/o ejercer presión sobre los nervios espinales.
La osteoporosis, o el debilitamiento de los huesos, puede provocar dolorosas fracturas vertebrales por compresión. Este tipo de lesiones con frecuencia provocan dolor constante y deformidad progresiva. Hasta hace poco, el único tratamiento eran inmovilización con corset y medicamentos narcóticos. Los cirujanos de columna de nuestro equipo ahora pueden, usando una nueva tecnología, volver a expandir el cuerpo vertebral (cifoplastía) y aumentar su fuerza inyectando cemento óseo. Esto se puede hacer de forma mínimamente invasiva con una internación muy breve, menor a 24 hs. En otros casos se puede realizar inyección de cemento sin reexpansión de la fractura (vertebroplastia).
La vertebroplastia es un nuevo procedimiento quirúrgico que se puede usar para tratar las fracturas por compresión. En este procedimiento, el cirujano inserta un catéter en la vértebra comprimida. El catéter se utiliza para inyectar las vértebras fracturadas con cemento óseo, que se endurece y estabiliza la columna vertebral. Se ha demostrado que este procedimiento reduce o elimina el dolor de la fractura, lo que permite un rápido retorno a la movilidad y previene la pérdida ósea debido al reposo en cama. Sin embargo, no corrige la deformidad de la columna.
La cifoplastia consiste en insertar un tubo en la columna vertebral bajo la guía de rayos X, seguido de la inserción de un balon inflable. Una vez inflado, el balón devuelve el cuerpo vertebral a su altura original, mientras crea una cavidad para rellenar con cemento óseo. El cemento sella grietas y cavidades y evita que la vértebra se vuelva a colapsar. Después de llenar la cavidad, se retira el tubo. Nuestro equipo tiene una larga experiencia en el uso de estas técnicas con excelentes resultados.
La estabilización en fracturas de columna también se puede lograr quitando la vértebra rota, reemplazándola con una prótesis y fijación con barras y tornillos en forma convencional o mínimamente invasiva según lo requiera cada caso en particular. Nuestros cirujanos espinales realizan una cuidadosa selección de los pacientes con este tipo de problemas para una y otra técnica con el objetivo de minimizar complicaciones a largo plazo y lograr un mejor resultado quirúrgico.
Cirugía Mínimamente Invasiva de la columna vertebral (MISS: Minimally Invasive Spine Surgery)
La cirugía mínimamente invasiva permite el tratamiento de distintas patologías, como trastornos congénitos, tumorales, traumáticos, o degenerativos. Los mayores beneficios que ofrecen estas modernas técnicas son menor dolor postoperatorio con disminución de los tiempos de internación (24/48 hs) y un rápido retorno a las actividades de la vida diaria. Menor riesgo de complicaciones como infecciones o perdida hemática al tratarse de técnicas mínimamente invasivas.
Técnica
¿Cuándo se la utiliza?
- En la actualidad son varias las patologías de la columna vertebral que pueden ser resueltas por medio de la MISS. Las más frecuentes:
- Hernia de disco
- Quistes facetarios
- Estenosis lumbar y cervical
- Estrechez foraminal
- Espondilolistesis (inestabilidad)
- Traumatismo raquimedular
- Tumores raquimedulares
¿Qué se precisa?
Para llevar adelante este tipo de cirugías se requiere del equipamiento adecuado y un entrenamiento especializado por parte de los profesionales que la lleven a cabo. Nuestro equipo cuenta con amplia experiencia en la utilización de estas técnicas.
Patología Vascular
Hemorragia Intracerebral
Colección de sangre dentro del parénquima cerebral debido a una rotura vascular espontánea. Representa entre el 10 y 15 % de todos los accidentes cerebrovasculares. Los factores de riesgo son la hipertensión arterial (HTA), género masculino, la edad avanzada y el alcohol. La diabetes y el tabaco son factores menores.
La HTA mal tratada o controlada está presente en el 50 a 80 % de los casos.
A veces el hematoma puede crecer varias horas después del ACV inicial.
Primaria:
HTA y angiopatía amiloide (Alteracion en la estructura de la pared vascular visible en pacientes ancianos)
Secundaria:
Malformación vascular: aneurisma cerebral, malformación arterio-venosa (MAV), cavernoma
Tumores primarios y secundarios (metástasis) principalmente derivados de melanoma, cancer de riñon, etc
Coagulopatías o trastornos de la coagulación:
Abuso de alcohol y drogas
Otras: Moyamoya, vasculitis, embarazo-puerperio, etc
El cuadro clínico va a depender fundamentalmente del tamaño del hematoma y la localización. Puede dar cefalea, vómitos, debilidad o paralisis de la mitad del cuerpo, convulsiones, adormecimiento, etc.
El diagnóstico se basa en la realización de una tomografía computada de cerebro. Luego y dependiendo del tipo de hemorragia se podrá hacer una RMN o angiografía digital cerebral
Dependerá de la causa, magnitud de la hemorragia y estado neurológico del paciente.
En aquellos casos que presentan deterioro neurológico inicial por hipertensión endocraneana puede requerirse cirugía en la urgencia para evacuación del coagulo y descompresión del parénquima cerebral.
El tratamiento definitivo en las hemorragias secundarias depende de la causa del sangrado determinada por los diferentes estudios diagnósticos.
- Los síntomas de un aneurisma cerebral que presiona el tejido y los nervios cercanos pueden incluir:
- Dolor arriba y detrás del ojo
- Entumecimiento, debilidad o parálisis en un lado de la cara
- Pupilas dilatadas
- Cambios en la visión
- Los síntomas de un aneurisma roto pueden incluir:
- Dolor de cabeza intenso y repentino (La peor cefalea de su vida)
- Visión doble
- Caída del párpado
- Náuseas y vómitos
- Rigidez de nuca
- Fotofobia
- Pérdida del conocimiento, incluido el coma.
- Convulsiones
- La hemorragia subaracnoidea puede causar complicaciones graves, que incluyen:
- La hidrocefalia: acumulación anormal de líquido cefalorraquídeo en el cráneo que ejerce presión sobre el tejido cerebral.
- El vasoespasmo: es un estrechamiento de los vasos sanguíneos. Reduce la cantidad de flujo de sangre al cerebro y puede causar un accidente cerebrovascular o daño tisular.
No todos los aneurismas se rompen. Las lesiones pequeñas pueden observarse. Al decidir si tratar o no un aneurisma cerebral no roto, su médico considerará muchos factores. Estos incluyen el tipo, tamaño y ubicación del aneurisma; su salud, edad e historial médico; y los riesgos asociados con el tratamiento.
Hay 2 tipos de tratamientos para los aneurismas cerebrales:
Microquirúrgico (Clipado): El neurocirujano abrirá parte del cráneo y colocará un clip en el cuello del aneurisma para detener el suministro de sangre y prevenir futuras rupturas.
Endovascular (Embolizacion con coils de platino con o sin stent): Es un tratamiento mínimamente invasivo en el que se inserta un catéter en una arteria principal en la muñeca o la ingle y se pasa a través de los vasos sanguíneos hasta el sitio del aneurisma cerebral. Se pasan coils de platino través del catéter y luego se liberan en el aneurisma. Los coils que llenan el aneurisma evitan que la sangre fluya a través de él y esto disminuye las posibilidades de ruptura. Alternativamente, un aneurisma se puede tratar colocando un stent especial llamado diversor de flujo a lo largo de la base del aneurisma. Esto conduce a la exclusión del aneurisma de la circulación.
Una malformación arteriovenosa (MAV) es una maraña anormal de vasos sanguíneos en el cerebro o la médula espinal. Puede ocurrir en cualquier parte del sistema nervioso central y hace que la sangre fluya directamente de las arterias a las venas a través de un pasaje anormal llamado fístula en lugar de capilares. En términos generales, hay tres formas en que una MAV puede dañar el cerebro o la médula espinal:
Las arterias y las venas de una MAV pueden romperse y causar sangrado en el cerebro o la médula espinal (hemorragia)
Se reduce la cantidad de oxígeno que llega al cerebro y los tejidos espinales adyacentes, lo que hace que se deterioren o funcionen mal produciendo convulsiones o déficits neurológicos.
Una MAV puede comprimir o desplazar partes del cerebro o la médula espinal
- Los síntomas pueden variar según la gravedad y la ubicación de la malformación arteriovenosa, o es posible que nunca aparezcan.
- Los síntomas de una MAV pueden incluir:
- dolores de cabeza
- convulsiones
- Debilidad muscular o parálisis
- Problemas con el equilibrio y la coordinación (ataxia)
- Dolor o sensaciones inusuales en todo el cuerpo, como hormigueo o entumecimiento
- Mareo
- Alteraciones visuales como la pérdida de parte del campo visual
- Incapacidad para controlar el movimiento de los ojos.
- Problemas para comprender el lenguaje (afasia)
- Déficits de memoria
- Confusión mental, alucinaciones o demencia
- Las MAV comparten síntomas con otras afecciones. Se necesitan pruebas de imagen realizadas por un profesional médico para diagnosticar una MAV.
El tratamiento depende del tamaño, la ubicación y los síntomas de la malformación arteriovenosa. Su médico puede recomendar uno o una combinación de los siguientes tratamientos:
Cirugía: la malformación arteriovenosa se extrae del cerebro mediante técnicas microquirúrgicas que cierran las arterias de alimentación anormales, separan la maraña del cerebro adyacente y cortan las venas que drenan la MAV.
Embolización endovascular: en esta técnica mínimamente invasiva, se guía un catéter a través de la red de arterias hasta que la punta llega al sitio de la MAV. Luego, varias ramas de la AVM se tapan con un material como pegamento o polímero. La embolización generalmente se usa como un paso previo a la cirugía para reducir el flujo de sangre a través de la MAV, pero se puede usar como un tratamiento independiente en algunos casos.
Radiocirugía: en este procedimiento no invasivo, los haces de radiación enfocados se dirigen a la MAV y, en el transcurso de 2 a 3 años, las arterias responden cicatrizando y cerrándose. La radiocirugía puede ser curativa o puede reducir una MAV hasta un tamaño que sea más favorable para la cirugía.
Una malformación cavernosa es un grupo de vasos sanguíneos dilatados (capilares) con una estructura agrandada e irregular. Las paredes de estos capilares son más delgadas de lo normal y tienen tendencia a generar hemorragias.
Estas anomalías pueden ocurrir en cualquier parte del cuerpo, pero es más probable que produzcan síntomas cuando se forman en el cerebro o la médula espinal. Pueden causar síntomas neurológicos cuando sangran.
- Los síntomas de una malformación cavernosa pueden incluir:
- Convulsiones
- Dolores de cabeza
- Sangrado en el cerebro (hemorragia)
- Cambios en la audición o la visión
- Debilidad, entumecimiento o parálisis
- Déficits de memoria
- Discapacidad del habla
- Inestabilidad
Si se le diagnostica pero no experimenta síntomas, su médico puede recomendar observar la malformación a lo largo del tiempo con resonancias magnéticas periódicas.
Se pueden recetar medicamentos, como medicamentos antiepilépticos, para controlar las convulsiones u otros síntomas.
Si sus síntomas no responden a la medicación o hay sangrado repetido en el cerebro, se puede recomendar la extirpación quirúrgica.
Traumatismo de Cráneo
Las caídas y los accidentes automovilísticos son dos de las principales causas de traumatismo encefalocraneano (TEC). Otras causas posibles son los accidentes deportivos, violencia y herida con armas de fuego. El consumo de alcohol participa en un 30 % o más como causa asociada. El TEC varía en severidad. Muchas personas se recuperan en cuestión de días y las formas más graves pueden causar lesiones cerebrales permanentes o incluso la muerte. Es una de las causas más importantes de discapacidad y muerte en Occidente y se calcula que un 2 % de la población tiene algún grado de discapacidad postraumática. Luego de un TEC severo cambia la vida del traumatizado, familiares y amigos con importantes repercusiones a nivel social, laboral y económico.
¿Quién podría sufrir una lesión cerebral traumática?
Cualquiera puede experimentar un TEC, aunque casi el 80% de ellos le suceden a los hombres. También son más comunes entre las personas mayores de 65 años. Las personas de este grupo de edad son más propensas a perder el equilibrio, caerse y golpearse la cabeza. Pero incluso los bebés pueden sufrir lesiones cerebrales traumáticas por incidentes como caerse de la cama o del cambiador o, más raramente, por maltrato. Las personas involucradas en ciertas profesiones o actividades tienen un mayor riesgo de TEC (Policías, atletas, trabajadores de la construcción)
La gravedad de la lesión en la cabeza está determinada por varios factores diferentes, como la pérdida del conocimiento, ciertos síntomas neurológicos que ocurrieron en el momento de la lesión, la pérdida de memoria de episodio traumático, y anomalías en la tomografía computada o resonancia magnética del cerebro.
Las maniobras de estabilización clínica y diagnóstico comienzan desde el lugar del trauma, continuando en el traslado en ambulancia e ingreso a la Guardia. Debemos tener en cuenta que muchas veces el TEC se produce en el contexto de politraumatismos con compromiso de otros órganos y sistemas además del cerebro. Son fundamentales las radiografías para valorar fracturas y desplazamientos óseos, como así también, la Tomografía computada de los órganos comprometidos.
Las lesiones traumáticas que podemos encontrar a nivel encefálico son: fractura de cráneo, hematoma extradural, hematoma subdural, contusión-hematoma cerebral, edema cerebral, etc.
Dependiendo del cuadro clínico y los estudios diagnósticos el paciente puede permanecer internado en observación (pocas horas) en casos leves o pasar a la Unidad de Terapia Intensiva y continuar el tratamiento en casos moderados/graves. Algunas veces pueden requerir cirugía, entre otras podemos mencionar la colocación de una fibra (pequeño catéter) para medir presión dentro de la cabeza, reducir fracturas, evacuar hematomas, o realizar craniectomías descompresivas (sacar un volumen importante de hueso de cráneo para permitir la expansión del cerebro inflamado).