Cuando una malformación cavernosa genera hemorragias, el sangrado puede ser lento e intermitente o rápido, provocando la aparición repentina de los síntomas. La mayoría de las personas que desarrollan déficits neurológicos después de una hemorragia mejoran drásticamente con el tiempo. Sin embargo, las hemorragias repetidas pueden provocar problemas neurológicos permanentes.
- Los síntomas de una malformación cavernosa pueden incluir:
- Convulsiones
- Dolores de cabeza
- Sangrado en el cerebro (hemorragia)
- Cambios en la audición o la visión
- Debilidad, entumecimiento o parálisis
- Déficits de memoria
- Discapacidad del habla
- Inestabilidad