La hipófisis o pituitaria es una pequeña glándula del tamaño de una arveja unida a la base del cerebro. Se encuentra detrás de la nariz y el seno esfenoidal (espacio de aire detrás de la cara), justo debajo de otra estructura importante y relacionada llamada hipotálamo.
Una glándula es un órgano que produce y libera sustancias especiales, como hormonas, que actúan sobre otros órganos y tejidos para que funcionen. La pituitaria se llama la “glándula maestra” porque sus hormonas regulan el equilibrio de las hormonas producidas por la mayoría de las otras glándulas del cuerpo. De esta manera, la pituitaria controla muchos procesos, como el crecimiento, el desarrollo y la reproducción. También controla la función de ciertos órganos, como los riñones, los senos y el útero.
Un adenoma pituitario es un tumor en la pituitaria. La mayoría de los adenomas hipofisarios son benignos y de crecimiento lento, lo que significa que no son cáncer y no se diseminan a otras partes del cuerpo. Sin embargo, a medida que crecen, pueden ejercer presión sobre las estructuras cercanas, como los nervios que conectan los ojos con el cerebro, y causar síntomas visuales o puede aplastar las células hipofisarias normales y evitar que funcionen correctamente.
Muchos adenomas causan síntomas al liberar hormonas adicionales en el torrente sanguíneo, pero no todos los adenomas producen hormonas. Los adenomas hipofisarios se etiquetan según su tamaño. Los tumores menores de 1 cm se denominan microadenomas. Los tumores mayores de 1 cm se denominan macroadenomas.

¿Qué tan comunes son los adenomas hipofisarios?

Los adenomas hipofisarios constituyen del 10% al 15% de todos los tumores que se desarrollan dentro del cráneo. Se encuentran en alrededor de 77 de cada 100 000 personas, aunque se cree que en realidad ocurren en hasta el 20 % de las personas en algún momento de sus vidas. Sin embargo, muchos adenomas hipofisarios, especialmente los microadenomas (Menores a 1 cm), no causan síntomas graves y nunca se detectan. Los adenomas pituitarios pueden ocurrir a cualquier edad, pero son más comunes en personas de entre 30 y 40 años. Rara vez se encuentran en personas menores de 20 años. Las mujeres desarrollan adenomas con más frecuencia que los hombres.

¿Cómo se diagnostican los adenomas hipofisarios?

Si su médico cree que podría tener un adenoma hipofisario, realizará una revisión completa de sus síntomas y antecedentes médicos, y realizará un examen físico. Se pueden realizar pruebas de laboratorio para verificar los niveles de hormonas en la sangre. Una prueba de imagen, como una resonancia magnética permitirá confirmar el diagnostico. Si tiene problemas con la vista, es posible que el médico también le pida que se realice una prueba de campo visual para verificar el funcionamiento de sus ojos. A veces, los adenomas hipofisarios se encuentran por accidente cuando se realiza una resonancia magnética o una tomografía computada por otra afección.

¿Cómo se tratan los adenomas hipofisarios?

El tratamiento de las lesiones tumorales hipofisarias se inicia con el endocrinólogo quién decidirá en base a si es una lesión funcionante o no, el tratamiento médico que incluirá el reemplazo de las hormonas que el paciente no secreta y el tratamiento farmacológico de las hormonas en exceso. Manejo médico: con algunos tipos de adenomas hipofisarios, el tumor se puede tratar con medicamentos que reducen el tamaño del tumor y alivian los síntomas.

Cirugía: La cirugía está indicada en casos de lesiones grandes no funcionantes o en tumores funcionantes en donde la farmacología no puede normalizar las secreciones hormonales.

Los tumores de hipófisis pueden ser quirúrgicamente abordados por via transcraneana (Alta) o por via endoscópica endonasal (Baja) siendo esta ultima la opción preferida en mas del 95 % de los casos. Se reserva la via transcraneana solo para aquellos tumores que por su consistencia, extensión o compromiso de estructuras vecinas no son pasibles de un abordaje endonasal. La principal ventaja del abordaje endonasal es que evita la craneotomía (apertura del craneo). El abordaje se realiza por la nariz y su objetivo es llegar a la lesión tumoral mediante la apertura del techo nasal. Una vez resecado el adenoma se realiza la inspección de la cavidad quirúrgica con el endoscopio para optimizar los márgenes de resección y se procede al cierre de la base de cráneo. La endoscopía ofrece resultados claramente superiores a la cirugia transcraneana convencional, ya que permite la introducción del endoscopio en la silla turca, descompresión efectiva de la vía visual y la visualización directa de remanentes tumorales, como así también de la glándula normal. La formación de equipos especializados en cirugía de base de cráneo integrados por neurocirujanos y otorrinolaringólogos es una tendencia mundial ya que permiten obtener mejores resultados quirúrgicos, en términos de control de la enfermedad y tasa de complicaciones.
Nuestro equipo integrado por neurocirujanos y ORL tiene una extensa experiencia quirúrgica en el manejo de patología hipofisaria y base de craneo por vía endoscópica.

RMN pre y postoperatoria de macroadenoma hipofisario mostrando resección tumoral completa por vía endoscópica endonasal

Radiación: Una forma especial de radioterapia, llamada radiocirugía estereotáctica, utiliza una alta dosis de radiación dirigida precisamente al adenoma desde más de una dirección para evitar que el tumor crezca. En algunos casos incluso es necesario contemplar el tratamiento radiante de los residuos tumorales que la cirugía no puede resecar para intentar normalizar el estado endocrinológico del paciente.
En algunos casos puntuales, el médico puede optar por usar pruebas anuales para verificar que el adenoma no esté creciendo, mientras observa al paciente para detectar cualquier síntoma. Esto puede suceder con tumores pequeños que no causan síntomas graves y con personas que tienen otras afecciones médicas importantes.

¿Cuál es el pronóstico para las personas con adenomas pituitarios?

El pronóstico depende del tamaño y el tipo de adenoma que tenga. Cuando el tratamiento destruye el tumor, la mayoría de los pacientes que tienen adenomas benignos pueden regresar a una vida normal y plena. Los adenomas pueden reaparecer, lo que significa que necesitará tratamiento nuevamente. Alrededor del 18 % de los pacientes con adenomas no funcionantes y el 25 % de los que tienen prolactinomas, el tipo más común de adenomas liberadores de hormonas, necesitarán más tratamiento en algún momento. En algunos casos, el tratamiento del adenoma da como resultado niveles hormonales bajos y debe tomar medicamentos hormonales para reemplazar lo que ha perdido.