Hemorragia Intracerebral
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Colección de sangre dentro del parénquima cerebral debido a una rotura vascular espontánea. Representa entre el 10 y 15 % de todos los accidentes cerebrovasculares. Los factores de riesgo son la hipertensión arterial (HTA), género masculino, la edad avanzada y el alcohol. La diabetes y el tabaco son factores menores.
La HTA mal tratada o controlada está presente en el 50 a 80 % de los casos.
A veces el hematoma puede crecer varias horas después del ACV inicial.
Primaria:
HTA y angiopatía amiloide (Alteracion en la estructura de la pared vascular visible en pacientes ancianos)
Secundaria:
Malformación vascular: aneurisma cerebral, malformación arterio-venosa (MAV), cavernoma
Tumores primarios y secundarios (metástasis) principalmente derivados de melanoma, cancer de riñon, etc
Coagulopatías o trastornos de la coagulación:
Abuso de alcohol y drogas
Otras: Moyamoya, vasculitis, embarazo-puerperio, etc
El cuadro clínico va a depender fundamentalmente del tamaño del hematoma y la localización. Puede dar cefalea, vómitos, debilidad o paralisis de la mitad del cuerpo, convulsiones, adormecimiento, etc.
El diagnóstico se basa en la realización de una tomografía computada de cerebro. Luego y dependiendo del tipo de hemorragia se podrá hacer una RMN o angiografía digital cerebral
Dependerá de la causa, magnitud de la hemorragia y estado neurológico del paciente.
En aquellos casos que presentan deterioro neurológico inicial por hipertensión endocraneana puede requerirse cirugía en la urgencia para evacuación del coagulo y descompresión del parénquima cerebral.
El tratamiento definitivo en las hemorragias secundarias depende de la causa del sangrado determinada por los diferentes estudios diagnósticos.
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- Los síntomas de un aneurisma cerebral que presiona el tejido y los nervios cercanos pueden incluir:
- Dolor arriba y detrás del ojo
- Entumecimiento, debilidad o parálisis en un lado de la cara
- Pupilas dilatadas
- Cambios en la visión
- Los síntomas de un aneurisma roto pueden incluir:
- Dolor de cabeza intenso y repentino (La peor cefalea de su vida)
- Visión doble
- Caída del párpado
- Náuseas y vómitos
- Rigidez de nuca
- Fotofobia
- Pérdida del conocimiento, incluido el coma.
- Convulsiones
- La hemorragia subaracnoidea puede causar complicaciones graves, que incluyen:
- La hidrocefalia: acumulación anormal de líquido cefalorraquídeo en el cráneo que ejerce presión sobre el tejido cerebral.
- El vasoespasmo: es un estrechamiento de los vasos sanguíneos. Reduce la cantidad de flujo de sangre al cerebro y puede causar un accidente cerebrovascular o daño tisular.
No todos los aneurismas se rompen. Las lesiones pequeñas pueden observarse. Al decidir si tratar o no un aneurisma cerebral no roto, su médico considerará muchos factores. Estos incluyen el tipo, tamaño y ubicación del aneurisma; su salud, edad e historial médico; y los riesgos asociados con el tratamiento.
Hay 2 tipos de tratamientos para los aneurismas cerebrales:
Microquirúrgico (Clipado): El neurocirujano abrirá parte del cráneo y colocará un clip en el cuello del aneurisma para detener el suministro de sangre y prevenir futuras rupturas.
Endovascular (Embolizacion con coils de platino con o sin stent): Es un tratamiento mínimamente invasivo en el que se inserta un catéter en una arteria principal en la muñeca o la ingle y se pasa a través de los vasos sanguíneos hasta el sitio del aneurisma cerebral. Se pasan coils de platino través del catéter y luego se liberan en el aneurisma. Los coils que llenan el aneurisma evitan que la sangre fluya a través de él y esto disminuye las posibilidades de ruptura. Alternativamente, un aneurisma se puede tratar colocando un stent especial llamado diversor de flujo a lo largo de la base del aneurisma. Esto conduce a la exclusión del aneurisma de la circulación.
Una malformación arteriovenosa (MAV) es una maraña anormal de vasos sanguíneos en el cerebro o la médula espinal. Puede ocurrir en cualquier parte del sistema nervioso central y hace que la sangre fluya directamente de las arterias a las venas a través de un pasaje anormal llamado fístula en lugar de capilares. En términos generales, hay tres formas en que una MAV puede dañar el cerebro o la médula espinal:
Las arterias y las venas de una MAV pueden romperse y causar sangrado en el cerebro o la médula espinal (hemorragia)
Se reduce la cantidad de oxígeno que llega al cerebro y los tejidos espinales adyacentes, lo que hace que se deterioren o funcionen mal produciendo convulsiones o déficits neurológicos.
Una MAV puede comprimir o desplazar partes del cerebro o la médula espinal
- Los síntomas pueden variar según la gravedad y la ubicación de la malformación arteriovenosa, o es posible que nunca aparezcan.
- Los síntomas de una MAV pueden incluir:
- dolores de cabeza
- convulsiones
- Debilidad muscular o parálisis
- Problemas con el equilibrio y la coordinación (ataxia)
- Dolor o sensaciones inusuales en todo el cuerpo, como hormigueo o entumecimiento
- Mareo
- Alteraciones visuales como la pérdida de parte del campo visual
- Incapacidad para controlar el movimiento de los ojos.
- Problemas para comprender el lenguaje (afasia)
- Déficits de memoria
- Confusión mental, alucinaciones o demencia
- Las MAV comparten síntomas con otras afecciones. Se necesitan pruebas de imagen realizadas por un profesional médico para diagnosticar una MAV.
El tratamiento depende del tamaño, la ubicación y los síntomas de la malformación arteriovenosa. Su médico puede recomendar uno o una combinación de los siguientes tratamientos:
Cirugía: la malformación arteriovenosa se extrae del cerebro mediante técnicas microquirúrgicas que cierran las arterias de alimentación anormales, separan la maraña del cerebro adyacente y cortan las venas que drenan la MAV.
Embolización endovascular: en esta técnica mínimamente invasiva, se guía un catéter a través de la red de arterias hasta que la punta llega al sitio de la MAV. Luego, varias ramas de la AVM se tapan con un material como pegamento o polímero. La embolización generalmente se usa como un paso previo a la cirugía para reducir el flujo de sangre a través de la MAV, pero se puede usar como un tratamiento independiente en algunos casos.
Radiocirugía: en este procedimiento no invasivo, los haces de radiación enfocados se dirigen a la MAV y, en el transcurso de 2 a 3 años, las arterias responden cicatrizando y cerrándose. La radiocirugía puede ser curativa o puede reducir una MAV hasta un tamaño que sea más favorable para la cirugía.
Una malformación cavernosa es un grupo de vasos sanguíneos dilatados (capilares) con una estructura agrandada e irregular. Las paredes de estos capilares son más delgadas de lo normal y tienen tendencia a generar hemorragias.
Estas anomalías pueden ocurrir en cualquier parte del cuerpo, pero es más probable que produzcan síntomas cuando se forman en el cerebro o la médula espinal. Pueden causar síntomas neurológicos cuando sangran.
- Los síntomas de una malformación cavernosa pueden incluir:
- Convulsiones
- Dolores de cabeza
- Sangrado en el cerebro (hemorragia)
- Cambios en la audición o la visión
- Debilidad, entumecimiento o parálisis
- Déficits de memoria
- Discapacidad del habla
- Inestabilidad
Si se le diagnostica pero no experimenta síntomas, su médico puede recomendar observar la malformación a lo largo del tiempo con resonancias magnéticas periódicas.
Se pueden recetar medicamentos, como medicamentos antiepilépticos, para controlar las convulsiones u otros síntomas.
Si sus síntomas no responden a la medicación o hay sangrado repetido en el cerebro, se puede recomendar la extirpación quirúrgica.